Poemas


Rescoldos

A partir de Goya

 

 

 

 

Mi Musa aún conserva un rescoldo del mundo,

con algo de todos y un poco de nadie,

apenas si abriga el rencor o la ira

de un siglo desnudo, pasmado entre guerras.

 

Hembra bravía y auténtica, hija de Toro,

madre de perros, maja expandida preñada de tetas.

Ceniza en el aire, con fuego de Vesta

—decía—,

singular y plural, y en los juegos del arte

bancarrota del crédito, liberal como diva.


Yo cantaré, oh Madre, pestes y guerras funestas,

los misterios y fugas     del capital,

pero tú,

continuidad de la especie, humanizadora del hombre…

 

 

Del libro Naturaleza muerta, 2021



 

                              

 

    


Naturaleza Muerta

Sobre dos bodegones de Zurbarán y Meléndez

 

 

 

 

Llegará este fin: ineluctablemente disiparé

las últimas sombras para alcanzarte

(tanto en la hoja como en el puño

destellos metálicos, ya que detrás

yacen heridas tres granadas a lo Meléndez,

y alguna copa de vino dulce,

y un gran perol de metal dorado, limpio

y bruñido como vacío sueño de Pan en el paño blanco,

higos o peras sobre madera,

cristalería y pequeñas moscas: todo dispuesto con fruición),

para abrazarte y quebrar tus huesos, rasgarte el vientre

y en la caída

devorar tu miedo,

eructar mi pena. 

Y volveré

—porque es mi oficio—

a reconciliarme con estos cuerpos,

a reconciliarme con estas ruinas, 

a reconciliarme con mi naturaleza muerta.

 

 

Del libro Naturaleza muerta, 2021 


El pájaro Da Vinci

 

 

 

 

 

Batiré

mis                               alas

contra el tiempo

y volaré

 con

ti

  go

                          una eternidad.  

 

 

 

Del libro Naturaleza muerta, 2021 


El Minotauro Ciego

Picasso, Suite Vollard

 

 

 

 

                        Ojo que sangra

              Ojo que bufa

   salvaje Ojo que dibuja

              Ojo desenvainado filoso errante

              Ojo arrogante

airado y repugnante                 Ojo

                                              Ojo vaciado y flotante

                    Ojo rosa ojo azul

                           Ojo hermOjo

                 toro y Ojo

                            Ojo torrojo ojo que hechiza ojo que t-o-t-a-l-i-z-a

               magia y Ojo

                            Ojo y natura cultura emascula

                                                               Ojo que acecha

                                              la niña del Ojo

                                                      Ojo que zanja somete eyacula

Ojo mi mente ojo que mira cruelmente

                                                       Ojo en la cueva ojo que pinta y embruja

       Ojo sagrado ojo sacado ojo desorbitado

Ojo que fluye y se restituye Matriz hostil

Ojo Van Gogh

Ojo y Matisse

         Ojo el instinto ojo distinto

         Ojo monstruOjo mi laberinto             

 monstruosa la Vida confusa la Muerte          la muerte del Ojo del siglo XX

 

 

 

Del libro Naturaleza muerta, 2021  


Llamarada

 

 

 

 

 

Entre la gloria y la nada,

a veces,

mientras escribo,

una llamada puede convertirse en llamarada,

la nota más grave en voz,

cualquiera estúpida nave en ave,

y hasta las úlceras de mi consumo en humo, uno 

y Dios.

 

 

Del libro Naturaleza muerta, 2021  


Casa de gatos

 

 

 

 

 

Mi excéntrica vecina ha vuelto al departamento del piso tercero;

los gatos en celo se asoman desde el alféizar de la ventana,

mientras su dueña les airea el hábitat

y les provee los alimentos que serán necesarios

para el próximo mes.  

 

Casa de gatos, burdel de los dioses…

 

De pronto,

el rumor de unas alas que baten adereza mejor el encuentro.

Nuestros amantes se lamen las patas, flexionan las orejitas y sueñan quizá

con esa paloma que muestra las alas y atraviesa convexa la solitaria tarde.

 

Y yo me pregunto qué orden o mundo sería mejor:

el claustro sagrado de mis aburguesados vecinos los gatos,

o la expansión del vuelo del solitario que surca los cielos de un lado al otro

cuando no busca alimentos a ras del suelo.

O esta estúpida vida, ni libre ni extravagante, que se me pasa

contemplando la vida en las otras ventanas, en la última tarde,

descasado, desclasado, desarraigado 

de la comodidad de los unos y de la libertad de los otros.

 

 

Del libro Casa de gatos, 2016 


El gato negro

 

 

 

 

 

 

Cómo entender la valía del gato negro para la poesía sin explicar

los ágiles saltos que dio su especie por los vericuetos

de la historia de la humanidad.

 

Aunque los gatos fueron objeto de culto en Egipto, en la India

o en el antiguo Perú, y sus representaciones artísticas

decoran las tumbas de faraones,

motivan mosaicos romanos o acuñan monedas griegas,

durante la Edad Media, el fanatismo cristiano

asoció las costumbres nocturnas de estos felinos a tratos diabólicos,

dignos de hogueras y brujas de espanto.

Odiados y temidos, los gatos han sido víctimas desde entonces

de muchos actos de inenarrable crueldad.

 

El Antiguo Testamento no los menciona; sin embargo, una tradición judía

pondera las admirables cualidades que tiene el gato para mantener

el corazón de la casa limpio. Acaso por ello, Leonardo o Durero,

Kipling o Carroll, y en especial Poe,

recurrieron con aciaga fortuna a consagrar el mito

del gato negro que atraviesa las callejuelas del arte y de la literatura,

y que libera de algún modo el alma de quien lo admira, porque se marcha

cargado de signos perversos, de multitud de adjetivos;

dejando una estela sensual, fosforescente; solitario como el acto del amor 

o de la muerte.

 

 

Del libro Casa de gatos, 2016 


El gato seco

 

 

 

 

 

En una esquina confusa del centro de Lima, casi tropiezo

con un gato flaco y descolorido que estaba de espaldas a mí;

o más bien de espaldas al mundo pues parecía un místico absorto,

con la cabeza inclinada y el lomo de lija semejante a un hábito gris;

sin preocuparse del alto tránsito de las aceras, ni del esmog o el ruido;

entregado al ayuno y a la contemplación.

 

A esa hora de la mañana en que los viandantes son arrastrados por la vorágine

de una ciudad caótica e indiferente, y aún se percibe el tufo en las calles

de los excesos de la noche anterior, entreví con espanto

la resignación de los combates perdidos en los ojos pasmados del gato

que contemplaban un trozo de pan todavía.

 

Nunca sabré si la caridad llegó en los instantes que precedieron su muerte,

o si la escena fue concebida por algún peatón que lanzó al desgaire

ese alimento tardío con dudosa ironía.

 

El hecho es que el gato persiste en mi mente, seco y morboso como este lugar, 

con una mirada final y las entrañas vacías.

 

 

Del libro Casa de gatos, 2016 



Sinfonía en mi menor

 

 

 

 

  

En mi corazón de niño

hay un jardín que riego con ternura,

donde duermen elefantes boca arriba

con las sombras y a la hora de la luna,

y los tigres que dibujo ronronean como gatos.

 

Una orquesta de cigarras elegantes

afina con esmero sus violines,

y en el cielo danzan conejitos blancos como nubes

que me anuncian la llegada del invierno,

porque sueltan desde lo alto

lágrimas de nieve con azúcar.

 

Esta noche cumplo siete años

y los grandes no han llegado a nuestra cita,

pero siento que en mi mundo hay una fiesta

de cigarras, elefantes, tigres, conejitos 

que me ofrecen tu secreta sinfonía, oh Poesía.

 

 

Del libro Casa de gatos, 2016 


Pax Christi

 

 

 

 

 

Un gato negro, esbelto y macizo,

saltó a nuestro encuentro

como un elegante y discreto anfitrión.

 

Seguí, consternado, su estela de misterio,

su infame llanto, por galerías estrechas

y corredores anchos,

hasta que me aparté del grupo en el cementerio.

 

Entonces vi tumbas descoloridas de pobres

y sepulcros suntuosos de ricos,

de alemanes del Volga,

y también de judíos

que estaban en una especie de gueto siniestro,

sin flores ni puertas, cercado por altos muros.

 

Y así comprendí,

en una remota provincia de Buenos Aires,

de hermosas estancias y extensas praderas,

que aun después de la muerte se sostienen

las férreas y absurdas columnas que en este mundo

nos estructuran y condenan.

 

Un gato negro en un camposanto

es cosa de horror y de espanto.   

 

 

Del libro Casa de gatos, 2016 


Tigre de fuego

 

 

 

 

 

Busco un Cerdo,

generoso de vientre,

que me proporcione estabilidad.

 

Quiero un Perro a mi lado,

que me contenga

y que, de vez en cuando, me haga razonar.

 

Un Caballo obstinado,

ideal compañero, que intuya el peligro

mucho antes de andar.

 

Con la Rata, la Cabra, el Conejo o el Gallo,

y aun con otro Tigre,

entablaría yo relaciones de amistad.

 

Pero a fin de que mi especie no se extinga

DESEO

una hembra receptiva 

que me dé sus ardientes razones para amar.

 

 

Del libro Casa de gatos, 2016 


En el zoológico de Luján

 

  

 

 

 

Hay un lugar en la provincia de Buenos Aires

llamado Zoológico de Luján,

que se levanta sobre la extensa pradera,

a sesenta kilómetros de la ciudad,

construido todo de piedra y de un color ferruginoso

como la cerca que lo rodea.

 

Allí conviven,

curiosamente,    

capitalistas salvajes y ambiguas fieras:

he visto leones rugir           sordamente

y nebulosas panteras que amagaban himplar,

he visto a lo lejos un oso polar ardiente   

y tres tristes tigres

          con silla de montar

 

 

 

Del libro Casa de gatos, 2016  


Preludio

 

 

 

 

 

Escuche la suite de goma
y digitalmente puro
          digitalmente puro

recoja la escarcha, los ceros
los unos... la obscena vibración de la lengua

tensión:
          altura ni tiempo/ la fuga y el misterio

 

 

Del libro Pequeña suite para imágenes terminales, 2004 


Uno

 

 

 

 

 

Víspera del humo/ atrás
la secuencia de cenizas detenida
y en el ángulo preciso
líneas blancas una página en construcción


Adiós
de Lima

 

 

me llevo sólo las cosquillas de este roce
         y la imagen diferida: sólo puntos y náuseas puntos y náuseas

 

 

Del libro Pequeña suite para imágenes terminales, 2004 


Dos

 

 

 

 

 

Lo visto repetido                verti-

ginosamente

 

clave de sal
rigor
de arena


clavicordio las papilas
cal y canto sorda piedra entre las ondas
un anillo


reverberan los anillos en las sales
minerales
el cri-cri de los espejos


y pestañas múltiplo de tiempo
articulan
densas y ge-                        nuinas
inflexiones

 

Del libro Pequeña suite para imágenes terminales, 2004 


Ocho

 

 

 

 

 

 

                                                                       Zorn
                                            Czukay
                    («palimpsestos poblados por sintonizaciones, etc.


Ésta
Ginastera ni Piazzolla


Seiji Asato: hórrida sincrética de las papilas al sobaco el eucalipto semes-

             tral de las paperas
Ah ciruela carne carne en si/ flexo fricativa


—NO—
mi lengua
implosión en las fisuras del sistema


quemar quemar un haikai rápido en la pipa El mito del
            guerrero rojo
jalando las cenizas del tábano
con un sorbete                        ni primario ni esencial


virtual/ banal/ carbunclo/ absurdo/ reciclado
pletórico de gases en la tripa


                   R-Kórsakov: sucesión de vibraciones imágenes
                   terminales


          (
resentir
los que no lograron
abrir la página plantarse en Off


                           chispazos         )ruido blanco
                            link
noche atrás


...Seguí de cerca el vuelo aciago del moscardón


                    (Luego vino lo de Manhattan y Minuit
                    perdió 24 dólares por la isla

 

Del libro Pequeña suite para imágenes terminales, 2004 


Once

 

 

 

 

 

Now
Apocalypse Now
Las gemelas libertinas
Caen
Altas caen
Soberbias y desnudas
Devueltas las entrañas girando meándose las bragas
«Live soon, death soon —quién decía
La burqa palestina en juerga
Las fosas irritadas
Caen duras las cenizas como piernas
Las piernas en la nuca
Las náuseas
Tensión: Spider-Man cayó en sus redes
Los ojos
Los codos
El ombligo
Caen
«La muerte las centurias terror la guerra como nunca antes
—quién decía
 

Twentieth Century Fox:
«Han cruzado en ácido los pájaros el sueño americano
y la cagada nos salpica a todos

 

 

Del libro Pequeña suite para imágenes terminales, 2004 


Los cocodrilos de Escher 

 

 

 

 

 

La leyenda
dice
que los cocodrilos de Escher se levantarán


bufando
ganando el farallón de esta orilla
súbita la biología de su misteriosa circunstancia


arcano, anfibio, oblongo...


fárrago ni tremedal: el hombre ha muerto
en los tránsitos imposibles
de Warhol a Dangel


de espalda la cintura
de plano
           en plano


a ratos te hundes en lo alto
a veces siempre y nunca

la leyenda es triste:

 

Del libro Pequeña suite para imágenes terminales, 2004 


Pájaros de fuego

 

 

 

 

 

Como un ave seducida por la hoguera
mi vida es breve

son mis alas dos intensas llamaradas

y este cuerpo se consume y se consagra en fogonazos

 

En la Tierra todo mito es ínsito

 

Desde el cenit

—qué maravilla—

oteo extraordinarias criaturas

y en sus rostros no hay tristeza ni amargura

y en el mundo no hay más dudas: 

 

una turba de cenizas sigue al fuego de mi vida

 

 

Del libro Pequeña suite para imágenes terminales, 2004